- ¿Qué tal? ¿No puedes dormir
+ No, la cama es espantosamente ente sin ti y tu precioso culo.
- Es gracioso, porque parece que no tengas muchos
problemas para hacer que alguien comparta cama contigo
+ Si… pero ellas no son tú.
- Claro, ¿y qué puedo hacer por ti?
+ Es fácil. Sólo dime que a pesar de todas
las putadas que hago sigo siendo una buena persona
- ¡Ay dios…! tienes una de esas noches oscuras
para el alma… ¿verdad?
+ Pues sí, últimamente no me caigo muy bien
que digamos… y porque se me ha acabado
el alcohol, sino ahora estaría durmiendo como un lirón.
- ¿Y qué? ¿Quieres que escuche tu confesión y te
absuelva de tus pecados? Es un poco difícil porque no sé lo que has estado
haciendo por ahí.
+ ¿Quieres que te de los detalles
sangrientos?
- Claro que no, eso es lo bonito de estar tan
lejos… Ya no necesito escuchar los detalles sangrientos nunca más… Pero gracias.
+ Me haces sentir mejor.
- Es lo que hago. Y aunque me encantaría compartir
esa búsqueda espiritual contigo, tengo que dejarte
- Siempre. Ese es el problema.
- Duerme un poco pecador.